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La nostalgia feliz

Argumento

Con un marcado acento autobiográfico, Amélie regresa a su pasado para reflexionar acerca de su camino vital. Dos realidades coexisten cuando decide volver a los escenarios de juventud. Una tierna rememoración que contrapone dos experiencias muy distintas.

Abstracción

Todo lo que amamos se convierte en una ficción. De las mías la primera fue Japón.

Esta sencilla pero intensa oración da comienzo a la novela que se presenta como un viaje al pasado, motivado por la realización de un documental sobre la vida de la autora en Japón.

A lo largo de casi veinte breves capítulos el lector se sumerge en el reencuentro entre Amélie y Japón, la tierra que la vio crecer. En ciertos momentos, el estilo narrativo que utiliza recuerda a los diarios o cuadernos de viajes, ya que sus notas hacen referencia a parte de su equipo y situaciones presentes.

En este marco, empieza un paseo por todos los lugares que poseen un estrecho vínculo con su pasado, empezando por descubrir la situación actual de su antiguo novio japonés.

La narración parte con la protagonista indecisa y nerviosa ente el teléfono de su oficina de París porque va a realizar una llamada a Japón para encontrar a Rinri, su amor de juventud. 

Sin embargo, la conversación parece detener el tiempo y transportar el presente a aquel pasado compartido en un Japón distinto. Con la promesa de su reencuentro, Amélie y su equipo se trasladan al país nipón.

El resto de la novela, hasta el último capítulo que narrará su vuelta a País, transcurre entre dos escenarios de Japón muy diferentes. Por un lado, se halla el Japón que se ha detenido en la memoria, moldeado por el recuerdo; y por otro, el Japón lleno de vida, el actual. 

El recorrido que empieza por la casa de su infancia, la visita a su madre japonesa, su escuela, el parque donde compartió confidencias con un joven y tierno amor; hasta los simples paisajes que conformaban su vecindario acentúan el paso del tiempo. Todo se halla entre el recuerdo y la realidad, pero todo es cierto.

Hasta el momento, mi idilio con Japón ha sido perfecto. Reúne los ingredientes indispensables propios de los amores míticos.

Contrapuesto y entremezclado con este ambiente melancólico hallamos las indicaciones sobre planos que realiza la cámara, secuencias que graban de la protagonista mientras espera en una estación o el plano de tristeza que inunda su rosto después de descubrir la inexistencia de ese hermoso y romántico parque de la niñez.

Es, sin duda, un relato delicado y taciturno, marcado por el cambio y la transformación que a la vez confirman la evolución de la protagonista. Supone un regreso al pasado que mantiene una mirada tierna, un redescubrir interior, introspectivo.

Desnudando el libro

Aunque ya desde el principio, véase el anterior apartado, la autora realiza una referencia a la artificiosa manera que tiene la memoria de almacenar los recuerdos, acto seguido manifiesta su poca intención de esconder la verdad o falsear la percepción.

Nunca se me ocurrió deslizar lo falso dentro de lo verdadero; ni disfrazar lo auténtico con apariencia de falsedad.

Por lo tanto, el lector debe ser consciente de que aquello que se dispone a relatar el narrador se compone de los recuerdos guardados con cariño frente a una realidad que los desacredita, pero en ningún momento los elimina.

La experiencia de Amélie es muy particular, creció en oriente, se trasladó a occidente y pasan un par de décadas antes de volver a visitar su hogar de la infancia, por lo que la conmoción cultural es mayor. No obstante, este recorrido por los laberintos de la memoria, las imágenes que se almacenan como recuerdos, las sensaciones, todo está relatado desde la particularidad de su vida, pero puede ser leído universalmente.

Aunque apela a un momento concreto e íntimo, el efecto y la reflexión de fondo es amoldable a la persona que lee y comparte la confidencia. El narrador crea un ambiente tan general que cualquiera puede entrar y participar de la introspección, pero centrado en su persona.

La delicadeza y ternura que caracterizan sus descripciones juega con la decepción de encontrar que el recuerdo ya no es realidad. El título del libro aparece referenciado hacia el final, en un momento de auto apelación donde ella misma se fuerza a pensar en todo desde la nostalgia feliz; sin duda un buen consejo para todo lector.

Ambientación

Fabienne Claire Nothomb, 1967, nació en Kobe, Japón, donde la familia residió debido al trabajo diplomático de su padre; un lugar entre muchos, como Laos, China o Estados Unidos.

Amélie tuvo desde joven la influencia de autores franceses como Diderot, Proust, y japoneses como Yoko Ogawa. Estudió Filología Románica, aunque ejerció durante años de intérprete en Japón.

La escritura resultó ser un gran aliado donde poder plasmar esa dualidad nacional que la define; tanto, que actualmente publica una obra por año.

Frase reveladora

Kensho: Una epifanía de ese ansiado estado en el que te tropiezas con el presente absoluto, el éxtasis perpetuo, la alegría exhaustiva.

Reflexión

Esta breve obra es un divertimento para todo tipo de público; una sincera y tierna reflexión sobre el pasado que otorga una mirada distinta hacia el futuro.

El peculiar estilo delicado de la autora invita al lector a una lectura sin expectativas ni información previa; se trata de realizar una inmersión hacia lo desconocido con una confianza ciega que no defrauda.

La nostalgia feliz

Autor

Amélie Nothomb

Edición

Anagrama, 2015

Páginas

144

ISBN

9788433935649

Valoración

La nostalgia feliz