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Hambre

Argumento

La novela se centra en un muchacho que vaga por las calles de Christiania muerto de hambre. Junto al anónimo protagonista se vive una progresiva inanición, un abandono de la identidad y una lucha por la supervivencia.

A través de las cuatro partes del libro, la evolución del síntoma inicial deviene una seria amenaza para la subsistencia del individuo. Es una experiencia guiada sobre la fragilidad del ser humano, un estremecedor testimonio de la condición humana.

Abstracción

La narración empieza in media res introduciéndonos en la corriente de pensamiento del personaje principal, el cual no se presenta, aunque sí sitúa el entorno, concretando el lugar donde se encuentra.

Era el tiempo en que yo vagaba, con el estómago vacío, por Christiania, esa ciudad singular que nadie puede abandonar sin llevarse impresa su huella.

Con esta sencilla oración el autor funde inmediatamente al lector con el protagonista, por lo que la empatía se produce de manera automática; el lector es cómplice del narrador.

Entonces, el lector empieza a recorrer las calles junto al protagonista, siempre acompañado por el constante dolor de estómago debido a la escasez de alimentos que consigue reunir.

No obstante, deambula por la ciudad sin vergüenza, animado, deteniéndose a saludar a aquellos a quienes conoce. Incluso con su condición paupérrima, lo primero que cruza su mente al ver a alguien pasando apuros para comer o poder pagar el alquiler es hurgarse los bolsillos y hasta empeñar sus pocas pertenencias con tal de ayudar con algún óre.

Pero sigue pasando hambre, desarrollando dolencias físicas a consecuencia de su deplorable estado. Se esconde en el cementerio, duerme a la intemperie, menguan sus fuerzas con el paso de las horas sin comida, todo va debilitando su sistema.

Sin embargo, destaca en medio de su monólogo el satirismo con el que afronta la situación, el humor hilarante que desprende paseando por las calles atestadas de gente, que lo miran como a un demente. Se escuda en juegos de palabras y excelentes modales; porque la verdad es que fue alguien distinto en su pasado, posee una vida anterior en el que era próspero, podía comer cada día y no era juzgado a cada paso.

Incluso se presenta en la primera parte como Wedel Jarlsberg, si bien más adelante mentirá sobre su identidad presentándose como Andrés Tangen; por lo que la veracidad de las pocas alusiones a su pasado queda en entredicho, a modo de narrador no fiable. Pero lo que atrae es su presente y su posibilidad de futuro.

El protagonista no es un desconocido en la ciudad y hay quien se ofrece a ayudarlo aportándole algunos óre para que pueda comprar comida, pero su orgullo y honor son más fuertes y acaba por desechar las limosnas. Únicamente consigue y acepta dinero cuando redacta algún artículo para el periódico y es aceptado. Con esos pocos óre es capaz de comer unos días, aunque su sistema es cada vez más reticente a la comida; el llanto aparece cuando su estómago tiene un hambre atroz, pero rechaza la comida.

A medida que su cuerpo se acostumbra a estar sin alimento, el repudio hacia cualquier sustento es inmediato, causando en el protagonista un estado de estupefacción. Finalmente, el protagonista llora y se apiada de su cuerpo, que no reconoce, por lo que debe tomar una drástica decisión.

Desnudando el libro

El tema principal de esta novela es el ciclo vital mismo, el transcurso de la vida, pero también la supervivencia y la pérdida de la identidad. Hambre presenta a un personaje exento de contexto, es simplemente alguien que vaga errado por Christiania.

Sin embargo, el retrato de este vagabundo es muy peculiar, está alejado del prototipo de mendigo que pide limosna y se emborracha con el dinero; es más bien un héroe peripatético al más puro estilo cervantino. Don Quijote y Wedel Jarlsberg, si ese es su nombre, comparten la visión de una realidad transformada por ellos, se enfrentan a situaciones con su mirada satírica, humorística.

Se escudan bajo una perspectiva distorsionada para poder seguir formando parte de la realidad. Por ejemplo, cuando el protagonista se encuentra de noche a un par de damas que pasean por la calle y él decide increparlas diciendo: se le cae a usted el libro; se le va a caer; cuando nadie acarrea un libro en aquel momento. La estrategia que desarrolla es la de idear pretextos con tal de comunicarse, siempre con un tono burlesco.

El hecho de que el nombre del protagonista se revele solo una vez y se ponga en entredicho sugiere que este es anónimo, se convierte en cualquier desdichada alma que se encuentre en esa situación, por lo que se universaliza el problema. El sujeto es alguien que ha sufrido un proceso de decadencia, es alguien olvidado por la sociedad, rechazado, destinado al abandono; a quien le queda solamente su conciencia.

El transcurso de los meses es indicado por las referencias meteorológicas, las constantes menciones al estado de su ropa, incluso a la alusión de llevar un par de meses sin bañarse, que se alargan a medida que transcurre la narración; destacan la desnudez del hombre que finalmente se encuentra solo con su pensamiento. Y permanecer constantemente con el raciocinio propio deriva en un estado de locura permanente. Él mismo menciona que probablemente esté loco debido a la debilidad, al agotamiento y la soledad.

Que se halle a solas con su conciencia se trasmite mediante el estilo narrativo empleado, un monólogo interior, apenas interrumpido por diálogos, que refleja ese flujo de pensamiento constante. Se crea un espacio que le permite divagar por completo y que absorbe al lector de manera inmediata.

Ambientación

Knut Pedersen, 1859 – 1952, se crio en un ambiente pobre de Noruega que nunca acogió a su familia. Realizó muchos trabajos errantes como zapatero y pequeños oficios. Se trasladaron a EE. UU. en 1882, período aludido en sus obras.

De hecho, en ese país extranjero se gesta la idea de Hambre que refleja su propia experiencia de la niñez, y a la vez resulta una crítica hacia el mundo periodístico, directamente apelado por el estado psicológico del protagonista.

A lo largo de su trayectoria como escritor desarrolló un estilo muy particular de narrativa, el flujo de conciencia, retomado posteriormente por autores como Joyce. El reconocimiento llegó en 1920 con el Premio Nobel de Literatura.

Frase reveladora

Mi locura era un delirio de debilidad, agotamiento, pero no había perdido mi conciencia.

Reflexión

Esta novela es una buena primera lectura del autor noruego, aunque el lector debe estar mínimamente concienciado de a qué se enfrenta. Es un relato crudo, real y punzante que arrastra al lector hacia una vorágine de abandono.

Resulta una elegante crítica social realizada por el personaje más despreciado por esta. Con un protagonista quijotesco el lector se adentra en la sociedad escandinava de finales de siglo a través de una perspectiva única.

Hambre

Autor

Knut Hamsun

Edición

Ediciones de la Torre, 2016

Páginas

200

ISBN

9788497607777

Valoración

Hambre