Grandes esperanzas

Argumento

Pip es el indiscutible protagonista de esta novela de aprendizaje que muestra la evolución de un niño hasta la edad adulto. Este acompañamiento por parte del lector implica, necesariamente, empatía. Por lo tanto, esta bildungsroman es doble. En el sentido estricto de género literario, pero también como lección que el lector aprende a lo largo de las páginas.

Grandes esperanzas encierra el significado mismo de la vida: el origen del sujeto y las causas que marcaron su carácter; la transición hacia la adolescencia y cómo el individuo modifica su carácter; y por último la edad adulta y sus responsabilidades; pero también las expectativas y su realidad.

Charles Dickens consigue plasmar la complejidad del ser humano en sus personajes, especialmente en el protagonista, y logra que el lector se implique y reflexione junto a él.

Abstracción

Pip, como ya se ha mencionado, es el protagonista de esta novela que narra su vida desde la más tierna infancia hasta la edad adulta. Sin embargo, Pip no tiene una vida ordinaria, aunque al principio pueda parecerlo.

Huérfano desde la cuna, Pip ha estado criado por el garrote de su hermana y la amabilidad del herrero Joe, su cuñado. El oficio que le está destinado desde pequeño es la forja, actividad para la cual no se siente preparado. Pero sus anodinas ensoñaciones e ideas se topan de repente con la invitación de una distinguida dama conocida como Miss Havisham, una mujer rica que ha desperdiciado su vida en la recreación del episodio más trágico: el abandono de su futuro marido a las puertas de contraer matrimonio.

No obstante, hay un elemento que brilla en la vida de la inusual dama, y es una niñita llamada Estela, de quien Pip se enamora cuando se cruza con ella la primera vez que es llamado a la casa para jugar, distracción por la que se le recompensa económicamente.

Pip es un soñador, de hecho, tal como indica el título, se alimenta en parte de esa gran esperanza que desea cambie su miserable e injusta existencia. Después de unos años sirviendo en la sucia forja de Joe, Pip recibe la invitación que lleva esperando toda su vida: la posibilidad de trasladarse a la capital, Londes, y vivir a expensas pagadas por un benefactor anónimo.

La suerte de Pip sin duda toma un rumbo muy distinto, aunque desconozca del todo como ha de proceder. Forma un buen equipo con su mejor amigo y ambos empiezan este proceso aprendizaje juntos. Es difícil resumir el tiempo de Pip en Londres, pero es marcado dos muchachos que se transforman en sus amigos y por sus idas y venidas con Mr. Jaggers, el abogado que le da el dinero a Pip, pero no está dispuesto a revelar información por secreto de sumario.

La vida que Pip imagina, evidentemente proporcionada por su benefactora Miss Havisham, de pronto cae por su propio peso cuando la verdad aparece ante su puerta. Esa existencia que le deparaba la unión con Estela gracias a la amabilidad desinteresada de Miss Havisham desaparece y sume a Pip en una nueva y dolorosa realidad.

Proceder tal como lo haría un buen caballero es la base del desenlace de esta historia, que acaba por mostrar que la esperanza es lo último que se pierde.  

Desnudando el libro

El tema que caracteriza esta novela es sin duda el aprendizaje como forma de constitución vital, ya no solo del personaje, sino como formación del sujeto. Las etapas que atraviesa Pip son en realidad lo que conforma la existencia misma, por lo que cualquier individuo puede sentirse fácilmente identificable.

Aunque, otro rasgo que no puede olvidarse es el de la esperanza. Se podría entender como elemento positivo que mueve la vida de Pip y que en cierto modo supone el motor de ello, ya que está dispuesto a no conocer la identidad de su benefactor con el objetivo de conseguir casarse con la mujer que ama. Pip elige ver la vida como cree, tal como después le ratifica la mismísima Miss Havisham cuando este descubre que no es su benefactora.

Con todo, Pip no deja de representar los sueños e ilusiones que se esconde en el ser humano. Si bien la esperanza es aquello que ilumina las ideas de Pip y su convencimiento, lo cierto es que acaba por ser un arma de doble filo, ya que a la vez esconde aquello que rechaza y que, de modo consciente, no quiere ni tan siquiera contemplar.

El hecho de que al final sea el reo que aparece en la primera escena el benefactor del muchacho demuestra que Pip, como representante de los hombres, se cree superior a esa clase de personas y, por lo tanto, con derecho a juzgarlos. Ese es el mayor error de Pip y la consecuencia que arrastra durante todo el proceso: el de creer que posee un rasgo que lo hace especial, merecedor de un futuro distinto al de sus vecinos.

Sin embargo, Pip demuestra que puede aprender de su error, que es lo que le empuja a cuidar de su benefactor, sin importar las consecuencias, anteponiendo el agradecimiento y la vergüenza que siente. Pip acaba por ser un magnífico ejemplo de aquello que nos caracteriza: la complejidad.

El protagonista no olvida de dónde proviene, aunque sí rehúye de ello y se mortifica; prospera socialmente tal como deseaba, pero descubre que ha sido a costa de otro ser humano que se ha dejado la piel en ello; ama la idea de una muchacha, sin darse cuenta de que ella lo desprecia por ser quien es. Pip es alguien que sufre, que se arrepiente, pero que también juzga. La grandeza de este personaje, y de la novela, es que no pretende aleccionar al lector, sino mostrarle los caminos que ha seguido alguien inocente que tenía una esperanza.

Ambientación

Charles John Huffan Dickens, 1812 – 1870, nació en el seno de una familia trabajadora que se mudó a Londres poco después del nacimiento de Charles.

La mala gestión de la economía, por parte de la madre, provocaron graves episodios de pobreza que negaron a Charles la oportunidad de estudiar hasta los nueve años. Sin embargo, logró estudiar cultura y descubrió su pasión por la lectura, que derivó en hallazgos como Cervantes o Fielding, que sería su autor fetiche.

Cuando su familia toco fondo por el impago de las deudas, tuvo que mudarse una temporada a la cárcel por imposibilidad de vivir fuera. Luego obtuvo un trabajo en una fábrica que, si bien la familia pudo recuperar su estabilidad, la madre le prohibió abandonar. Sus vivencias le hicieron denunciarlas en las novelas.

En 1827 empieza a cambiar su vida cuando empieza a trabajar como reportero, y en 1834 ya es un consagrado periodista político. Se casó dos años después y del matrimonio nacieron diez hijos.

Ejerció como periodista cultural y político, oficio que compaginaba con la escritura, y de la cual pudo ver publicada parte de su obra. Sus experiencias con el trabajo infantil marcaron su carácter, hecho que no siempre fue bien recibido.

Viajó a Estados Unidos y Europa, donde pudo establecer conexiones con Alexandre Dumas o Julio Verne, época que estuvo marcada por turbulencias laborales, debido a que sus editores se negaban a pagarle más por su trabajo, si bien consiguió vender hasta 100.000 ejemplares de David Copperfield.

Se divorció de su mujer en un período donde este hecho era impensable y se refugió en sus amistades. En 1865 cuando regresa de un viaje a Francia se ve envuelto en un terrible accidente ferroviario, aunque sale ileso. Ese episodio desencadenó sospechas acerca de las razones de ese viaje.

Consiguió recuperarse, pero conviviendo con tal experiencia para siempre. La última parte de su vida se centró en dar charlas en distintos institutos y lugares, incluso para la misma reina Victoria I, gran lectora de sus obras, hasta 1870, cuando murió debido a una apoplejía. 

Reflexión

Grandes esperanzas es una novela de aprendizaje mutuo. El lector observa la evolución del protagonista y a la vez se transforma con él a lo largo de las páginas.

Es una aventura que no puedes dejar de leer. Muy recomendada para los lectores amantes de la novela histórica o de época.